quarta-feira, 21 de março de 2012

REUNIÓN DE COMUNIDADES BÍBLICAS - Semana del 19 al 25 de Marzo 2012


REUNIÓN DE COMUNIDADES BÍBLICAS
Semana del 19 al 25 de Marzo 2012
“Donde dos o más se reúnan en mi nombre, yo estaré en medio de ellos”

Este lunes celebramos la fiesta de San José, el esposo de María y padre legal de JESÚS. Fue el hombre justo y bueno por excelencia que sembró nuestra tierra de caricias entrañables a JESUS y cuidó de El haciendo de padre en la tierra. Le enseñó a caminar, a trabajar, a orar los salmos, a vivir en la comunidad de Nazaret, trabajó sin descanso para darle alimento a su familia, caminó con María y el Niño desplazados hacia Egipto y lo llevó al templo de Jerusalén para la fiesta de la Pascua. San José nos ha de enseñar a querer a la gente, a ser responsables, a ser fieles a la voluntad de Dios y a saber discernir qué es lo que el Señor quiere. San José nos enseña a vivir junto a JESÚS y María, a dedicar nuestro tiempo y capacidades al servicio de los que encontramos en el camino.

1. CANTEMOS

2. ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO. Espíritu Santo que nos llevas al conocimiento de JESÚS, ayúdanos a ir descubriendo el significado más profundo del misterio de la muerte y resurrección de JESÚS para la salvación del mundo.

3. ABRAMOS EL LIBRO DE LA VIDA - Con mucha frecuencia vamos encontrando en nuestro caminar por la vida personas enfermas, con dolencias muy agudas, que causan dolores insoportables, con muchas dificultades económicas porque el Seguro no cubre las medicinas apropiadas. Otras veces son problemas de desempleo, de conflictos en el hogar, en fin, casos muy angustiosos. Ante tales circunstancias muchas veces no sabemos qué decir. Las palabras que se nos ocurren resultan insulsas, quizás mejor callar.
PREGUNTA: ¿Hemos visto casos de estos últimamente? ¿Qué sentimos? ¿Cómo reaccionamos?

4- ABRAMOS EL LIBRO DE LA BIBLIA: Juan 12, 20-33 - Los creyentes quizás podemos acercarnos al misterio del dolor de nuestros hermanos mirando al Crucificado. Conocemos la diferencia entre sufrir con desesperación, maldiciendo, o estoicamente, y saber asumir el dolor desde el corazón, confiando y amando. Y porque amamos al Crucificado, la lógica del sufrimiento se transforma en esperanza, la herida se suaviza y el sinsentido se hace abandono de fe. ¿Alguna vez hemos encontrado a alguna persona que haya sabido asumir así su sufrimiento? ¿Cuándo hemos constatado que el “grano de trigo”,  al morir, produce fruto?

REFLEXIONEMOS Y COMPARTAMOS
Gonzalo Amaya O.,S.J.

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