domingo, 13 de novembro de 2011

El desafío de la evangelización de la juventud en Amazonia

Barcos_amazonia


Amazonia, un "continente" verde, rodeado de tantas bellezas naturales, de un escenario encantador y atractivo, también posee otras riquezas que no se resaltan en las tarjetas postales: ¡nuestro pueblo!
No es de extrañar la realidad de la gente, gente que sufre, tiene vida difícil. Incluso tomado como habitantes de un lugar "desconocido", los que viven aquí están, sí, ubicados en un lugar: en el corazón del Dios vivo.
El mayor desafío de la evangelización en Amazonia, especialmente de los jóvenes, es la "realidad" que debe ser entendida y visto como los nuevos "areópagos" de la evangelización. Alguien alguna vez se quejó de las distancias, de los lugares lejanos, el "camino del río", por donde se traslada, del problema de traslación para llegar a un lugar particular, pero al conocer la "realidad" aquella persona percibió que Dios vive aquí, que Dios quería esta realidad. Aquella persona se dio cuenta de que esta es la realidad que uno tiene para evangelizar y así deberá suceder.
Somos un pueblo de muchas etnias, heredero de diversas culturas, especialmente las indígenas, y tenemos por lo menos tres situaciones: el joven indígena, el joven ribereño y el joven de la ciudad.
La proximidad con la cultura indígena aún no es algo constante, aunque las organizaciones de la Iglesia, o de otras instituciones como las organizaciones no gubernamentales, fundaciones, pastorales, contribuyan en este contexto. Es posible establecer un diálogo efectivo y de aproximación con muchas comunidades indígenas: la llegada de los misioneros jesuitas en la región amazónica es un hecho que lo demuestra. A pesar de la catequesis, hubo una ruptura repentina con las costumbres y la herencia de estas personas, lo que posiblemente estableció una interrupción cultural y moral de los pueblos.
Evangelizacao_Amazonia
Una situación lamentable es el aislamiento de los jóvenes indígenas. A menudo, la vida les presenta una manera arriesgada de vivir. Hay una región en Alto Río Negro, en la que es alarmante el número de suicidios - casi todos por el influjo del consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
"Drama" es la realidad del joven ribereño, que nace y vive en moradas en las riberas del río. Generalmente en paro, sin alternativas, está adaptado al ambiente en que vive: el contacto con la naturaleza, la pesca, la agricultura, no tiene las mismas oportunidades de un joven de la ciudad. En general, la familia es extensa y los jóvenes, en busca de opciones, trasladan a la ciudad. En la gran mayoría de las comunidades ribereñas, el trabajo pastoral es prácticamente nulo o poco eficaz, lo que suele ocurrir es un valiente intento de llegar a estos lugares para el evangelio.
Muchos de nuestros hermanos viven sólo de la religiosidad popular, porque Jesús Eucarístico no les es presentado, es casi desconocido para ellos. En algunos lugares, que están muy lejos, reciben la visita de un cura para celebrar los sacramentos sólo una vez al año.
La evangelización de la juventud en las grandes ciudades, o como aquí son llamados algunos municipios, “ciudades polos”, tienen gran variedad de expresiones, como pastorales o movimientos. Lo interesante es el despertar de la juventud por la novedad evangélica y la acción protagonista en el medio social, pero también en la Iglesia. Modestamente, surgen las diversas vocaciones. Hay mucha curiosidad, el joven de la ciudad es alguien que quiere lo nuevo.
Por lo tanto, estamos conscientes de lo que hicimos, pero si miramos "más allá" nos damos cuenta de todo que todavía debemos hacer.
Existe un refrán sobre la vida misionera: "Evangelizar es hacer con los pies de los que se van, con las rodillas de los que rezan y con las manos de aquellos que contribuyen."
¡Dios salve a la Amazonia!
Por Ruy Lima, traducido por Anamari Ferreir

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