La superación en la vida solo es posible cuando tenemos una mística que nos mueve a vivir y luchar por la vida, esta es un misterio a ser vivido a cada momento de nuestra existencia.
Muchas veces en nuestra existencia perdemos lo esencial de la vida, o sea, comprenderla como un misterio que ha de ser vivido a cada momento. Nosotros no recorrer de nuestra existencia queremos hacer las cosas bien planeadas y arregladas, queremos tener dominio sobre todo lo que pasa o sucede, o sea, de saber de todos los pasos que vamos dar, pero esto es imposible, pues la vida es dinámica y llena de novedad.
Sin embargo, no quiero decir que no debemos tener un proyecto de vida, y que este sea flexible y abierto a las novedades que la vida nos pueda brindar o hechos inesperados que puedan suceder. Nuestro proyecto de vida debe estar abierto al nuevo y a los desafíos que la vida nos proporciona.
Un proyecto que reconozca la mística y el misterio que nos involucra y nos hace vivir a cada instante; que nos hace comprender que la vida es única y singular; que nos hace salir adelante y superar las derrotas, los sufrimientos, los desánimos, las incomprensiones, los miedos y el “fracaso”.
Además de este misterio que es la propia vida hay un misterio mayor que involucra toda nuestra existencia, y que da sentido pleno a ella. Este gran misterio es Dios que se acerca a nosotros para iluminar nuestra existencia y nuestro proyecto de vida, que nos da fuerza y es sustento en la gran viaje que hacemos, o sea, en nuestra existencia.
Vivamos la vida con intensidad, con amor, con cariño, con valores que nos humanizan. Valores que marcan y orientan nuestro modo de ser y actuar. Es necesario tener presente que lo más importante no es donde queremos llegar pero si el camino que se hizo, el viaje realizado. La felicidad consiste en hacer un buen viaje, donde contemplando, a cada momento, todo lo que va sucediendo, en sus detalles, en la simplicidad y en la sencillez. En este mundo no somos más que peregrinos, viajantes en busca de la felicidad, de la realización y de ser personas que si humanizan y contribuyen para la humanización de otras.
El destino será, simplemente, consecuencia de una vida vivida con sentido, una vida que me proporcione ser más humano, más solidario, más fraterno y justo. Esto solo es posible cuando comparto mi vida con las demás personas con quien convivo, así como aprovechar para sacar enseñanzas de las diversas experiencias que voy viviendo, pues ellas no son ni buenas ni malas, son simplemente oportunidades para reflexionar y sacar una mensaje, una enseñanza para crecer y ser feliz.
Silas Silva, sj
* Este texto está inspirado en la Película “El guerrero Pacifico”.
Comparto con ustedes algunas frases que me marcaron, así como los personajes que las dijeron.
“El viaje aporta la felicidad, no el destino”. - Nick Nolte
“Las tres reglas:
Primera: La paradoja. La vida es un misterio, no pierdas el tiempo deduciéndola.
Segunda: Humor. No pierdas su sentido, sobre todo en ti. Te dará una fuerza colosal.
Tercera: Cambio. No hay nada que perdure”. – Sócrates
“El guerrero no se rinde ante lo que le apasiona, encuentra el amor en lo que hace”. - Nick Nolte
“Cada momento es único, no hay instantes vacíos”. - Dan Millman
“La muerte no es triste, lo triste es que la gente no sepa vivir”. - Sócrates
Nenhum comentário:
Postar um comentário